JUEGO DRAMÁTICO...
Lo que caracteriza a un niño como tal es su capacidad de jugar, de transformar una
sábana en un refugio, en una capa de súper héroe, o en un disfraz de bailarina… Y a
partir de allí, crear escenarios de juego donde esos personajes cobran vida: es el juego
dramático.
Este es el juego propiamente dicho, ya que favorece las mayores posibilidades de creación de reglas y acuerdos para que éste se organice.

que deja de ser el habitual para pasar a ser ese espacio necesario para jugar (“esfera
mágica del juego”), un espacio de fantasía donde seguramente aparecen elementos de la
realidad que conocen. Como se señalaba anteriormente al mirar a un niño que juega,
podemos ver qué es lo que él sabe de aquello a lo que está jugando, sus saberes
adquiridos, y qué es lo que le falta saber para seguir jugando y enriquecer ese juego.
El juego dramático, además, se da en un tiempo diferente al real, donde éste pasa a un
segundo plano. Se producen situaciones fuera de la realidad objetiva, pero es vivida por el niño como tal, porque compromete a los implicados en el juego y hace que se lo crean
realmente.
En este juego, en el cual se simboliza una ficción real, se favorece el desarrollo de la
creatividad. En este escenario con un espacio y tiempo propios tienen lugar la
incertidumbre característica del juego espontáneo, lo que genera la necesidad de ir
resolviendo diferentes situaciones y conflictos que se producen y de establecer nuevos
acuerdos.

Para realizar un juego dramático podemos partir de una poesía, de una imagen, de un cuento, de una canción... Tengamos en cuenta, sin embargo, que el juego dramático no es simple representación. Tomemos por caso que el juego dramático venga sugerido por un cuento. No se trata de representar el cuento para que él publico capte "la trama". El cuento será el punto de partida de una búsqueda de un preguntarse cosas, de un resolver cuestiones no definidas en el relato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario